(fragmento)
A Eliot Weinberger
Novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y
resucitada cada día,
convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines, teatros, bares,
hoteles, palomares, catacumbas,
la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados
inacabable como una galaxia,
la ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y
deshacemos y rehacemos mientras soñamos,
la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la
soñamos,
la ciudad que despierta cada cien años y se mira en el espejo de
una palabra y no se reconoce y otra vez se echa a dormir,
la ciudad que brota de los párpados de la mujer que duerme a mi lado y se convierte,
con sus monumentos y sus estatuas, sus historias y sus leyendas,
en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojo refleja el mismo paisaje detenido,
antes de las escuelas y las prisiones, los alfabetos y los números, el
altar y la ley:
el río que es cuatro ríos, el huerto, el árbol, la Varona y el Varón
vestidos de viento
--volver, volver, ser otra vez arcilla, bañarse en esa luz, dormir bajo esas luminarias,
flotar sobre las aguas del tiempo como la hoja llameate del arce que
arrastra la corriente,
volver, ¿estamos dormidos o despiertos?, estamos,
nada más estamos,
amanece, es temprano...
---Octavio Paz
A Eliot Weinberger
Novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y
resucitada cada día,
convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines, teatros, bares,
hoteles, palomares, catacumbas,
la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados
inacabable como una galaxia,
la ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y
deshacemos y rehacemos mientras soñamos,
la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la
soñamos,
la ciudad que despierta cada cien años y se mira en el espejo de
una palabra y no se reconoce y otra vez se echa a dormir,
la ciudad que brota de los párpados de la mujer que duerme a mi lado y se convierte,
con sus monumentos y sus estatuas, sus historias y sus leyendas,
en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojo refleja el mismo paisaje detenido,
antes de las escuelas y las prisiones, los alfabetos y los números, el
altar y la ley:
el río que es cuatro ríos, el huerto, el árbol, la Varona y el Varón
vestidos de viento
--volver, volver, ser otra vez arcilla, bañarse en esa luz, dormir bajo esas luminarias,
flotar sobre las aguas del tiempo como la hoja llameate del arce que
arrastra la corriente,
volver, ¿estamos dormidos o despiertos?, estamos,
nada más estamos,
amanece, es temprano...
---Octavio Paz